El primer paso lo sabemos; limpiar la piel.
El segundo paso (este lo haremos una o dos veces en semana) será exfoliar nuestra piel.
¿Por que debemos exfoliarnos?
Nuestra piel se regenera y, como consecuencia, crea nuevas capas.
Pero… ¿qué ocurre con la anterior piel, es decir, las células muertas?
Una parte se desprende, en ocasiones vemos cómo se “despelleja” nuestra piel, está más seca…
Otra parte obstruye nuestros poros y por eso se ven obstruidos y sucios.
Gracias a la exfoliación de la piel conseguiremos varias cosas:
La primera ayudar a eliminar aquellas células inservibles y suciedad de los poros
La segunda asegurar una efectiva regeneración de la piel
La tercera permitir que los productos que apliquemos penetren ya que hemos hecho una previa exfoliación
¿Podemos exfoliar cualquier tipo de piel?
Si tu piel es muy reactiva, tiene alguna alteración o es muy sensible es importante valorarlo previamente
ya que este tipo de pieles requieren un tratamiento o cuidado diferente o adicional
¿Creéis que da igual el exfoliante en la piel del cuerpo que en la piel de la cara?
Por supuesto que debe ser diferente. Incluso diría que usásemos un guante para exfoliarnos el cuerpo
En el caso de la cara usaremos uno adecuado a nuestra piel
¡No te agobies!
Si no sabes cómo es tu piel pero notas que es sensible utiliza un exfoliante suave e hipoalergénico
Si crees que tu piel es grasa, utiliza el exfoliante con un granulado un poquito más fuerte
¿Cuándo hacerlo?
Preferiblemente en la ducha. De esta manera aprovechamos el vapor
¿Cómo hacerlo?
Hazlo en círculos y siempre desde abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera
¿Cuánto tiempo?
En corporal hazlo un buen rato
En facial durante un par de minutos bastará. Es importante que no aprietes mucho porque puedes irritar tu piel
¿Has acabado?
Que no se te olvide la crema hidratante. Ahora tu piel reabsorberá mejor el producto que utilices
¡Nos vemos muy prontito!
Noelia Mejía