
Los protectores solares ayudan a protegernos la piel de los rayos ultravioleta (AV).
Os voy a explicar sobre dos tipos de rayos ultravioleta que, básicamente, se diferencian por la longitud de onda. Es decir, cuanto más corta es la onda, más intensa es la energía por lo que nuestra piel sufrirá más.
Los rayos UVA son menos dañinos para la piel ya que la longitud de onda es más larga. Aún así, un tiempo de exposición solar indebido dañará nuestra piel.
Estos rayos UVA también son los encargados de que tengamos la piel bronceada tras la exposición solar.
La radiación UVA compone el 95% de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la piel.
Aunque sea poca energía, puede provocar a largo plazo y, mediante un uso indebido, nos provocará un envejecimiento prematuro, alergias solares, manchas o incluso podremos desarrollar cáncer de piel.
¡Aún te cuento más!
Por otro lado tenemos los rayos UV-B que su longitud de onda es más corta pero más intensa la energía. Debido al debilitamiento de la capa de ozono en estos últimos años, se ha incrementado el número de estos rayos UV-B.
Estos rayos UV-B atraviesan las capas superiores de la epidermis y, por eso, podemos ver la piel bronceada con rapidez. Se forman pigmentos (melanina) por las células pigmentarias localizadas en la unión de la dermis con la epidermis, y son cedidos a los queratinocitos, células que forman la epidermis y la colorean de manera visible.
Nuestra piel y los rayos UV-B
Como consecuencia, nuestra piel puede producir una quemadura si exponemos demasiado tiempo nuestra piel.
Esta quemadura es una alarma que nos envían las células cutáneas. Si nos ocurre con frecuencia, correremos el riesgo de que nuestro sistema reparador se agote y no funcione correctamente.
¡Espero que entiendas ahora la importancia de protegerse la piel!
¿Son iguales todos los protectores solares?
No. Hay dos tipos; filtros físicos y filtros químicos u orgánicos
Los filtros físicos actúan a modo de pantalla reflejando la luz. Nos hacen de escudo por lo que pueden ser reabsorbidos por la piel y, usarlo en adultos de manera diaria y como cosmética, puede ser un poquito incómodo su textura.
Actualmente existen pigmentos micronizados y el filtro se encuentra en forma de nanopartículas que minimizan esta incomodidad
Los filtros químicos u orgánicos son moléculas a base de carbono, oxígeno e hidrógeno.
Estos filtros captan la energía solar y la transforman convirtiéndola en inocua para la piel.
Desde el punto de vista cosmético esta textura es más agradable. El inconveniente es que, al reabsorberse en la piel, puede producir algunas alergias. Es cierto que, a día de hoy, es menos probable que genere alergias ya que existen este tipos de filtros dermatológicamente comprobados para el uso en pieles sensibles o con dermatitis.
¿Cuál es el mejor?
Es recomendable usar filtro físico en bebés y niños ya que con el filtro físico la piel tendrá un escudo y evitará que pasen los rayos solares.
Podemos usar filtros físicos cuando vayamos a pasar el día en la playa y filtros orgánicos en el día a día.
No debemos obsesionarnos ya que ambos filtros protegen!
Para elegir un buen protector solar Debemos mirar otros aspectos más relevantes como por ejemplo que sea adecuado a nuestro tipo de piel si tenemos dermatitis, alergias, manchas o si nuestra piel permite que tenga alcohol, perfume el protector solar o no.
A día de hoy existen filtros químicos capaces de darnos todo lo que nuestra piel necesita!
¡No te agobies! Porque en muy poquito vamos a hablar de cómo elegir un buen protector solar ese fin algunas características.
¡Espero haberte dado info de interés!
Nos vemos en el próximo post
Noelia Mejía